La cultura machista lo impregna todo. Está presente en todos los espacios de la vida, ya sean digitales o físicos, y en todas las profesiones, espacios de ocio, momentos de descanso, etc. El acoso a las mujeres videojugadoras existe hasta tal punto que son muchas las chicas que deciden ocultarse en nicks masculinos o neutros para que no se les reconozca como mujeres y reciban insultos, críticas y todo tipo de mensajes discriminatorios.
Esta desigualdad llega a todos los rincones de los videojuegos y reproduce situaciones de otras profesiones como la discriminación, la brecha salarial, el techo de cristal…
Es necesario trabajar en pos de la inclusión para favorecer que chicas y chicos tenga las mismas oportunidades, del mismo modo que está demostrado que tienen las mismas capacidades para videojugar. Por ello, la educación que facilite que las chicas prueben los videojuegos (en ocasiones hay pocas mujeres porque no se les ha dado la oportunidad de jugar) y se les eduque a los chicos en no acosar. Del mismo modo, los espacios mixtos favorecerán que se valore el trabajo de las mujeres de igual manera que el de los hombres y, además, es esencial la normalización en la esfera pública en donde es necesario hacer públicos los casos de acoso y, también, dejar de presentar a las mujeres como superheroínas, sino pedirles a ellos que no nos hagan luchar tanto. ¡A la tarea!
Autor: Diana González, responsable de Comunicación de Navarra Arena y experta en Identidad Digital.