Adquirir competencias digitales implica entender y comprender la tecnología con la finalidad de poder sacar decisiones reflexivas y críticas. Por eso, aprender a programar, o sea, adquirir capacidades de creación tecnológica, hace que tengamos una herramienta útil para toda la vida.
Y el proceso de ese aprendizaje no se encierra en los conocimientos curriculares, pero también ayuda en otras capacidades, como el trabajo en equipo, la oratoria, el desarrollo de la creatividad etc. Cuando más temprano empieza la educación tecnológica, mejor: eso permite trabajar en los niños factores como el pensamiento lógico, matemático o abstracto.
Aplicativos para smartphones y tabletas son grandes aliados en el aprendizaje tecnológico. Favorecen la retención de conceptos de manera práctica, ya que niños y adolescentes mueven los elementos de la pantalla con las propias manos.
Por eso, cada vez más escuelas incluyen la tecnología en las clases, ya sea por medio de aplicativos, juegos u otros recursos. Y eso es algo que también puede ser desarrollado dentro de casa, uniendo a la familia en actividades en que se piense en el uso de la tecnología.